NACE UNA CANCIÓN (A SONG IS BORN)

El jazz es para disfrutar

Cada vez que entro en el blog de mi amigo fmoreno y leo el título, Jazz para principiantes, me viene a la mente Nace una canción (A song is born, Howard Hawks, 1948), una película que yo recomiendo a todos los principiantes o no-aficionados al jazz. Puede ser una película superficial, contada en tono de broma, más ligera e insustancial que la primera versión (Bola de fuego, también dirigida por Howard Hawks e igualmente escrita por el inefable Billy Wilder), pero está llena de ejemplos sonoros y visuales para que cualquier profano entienda lo que algunos amamos del jazz.

La excusa (llamémosle trama): a mediados de los años 40, un grupo de estudiosos llevan diez años encerrados en una mansión escribiendo una enciclopedia de la música que va a contener, como hecho novedoso, discos que ilustren las teorías. En un punto crítico en el que están a punto de perder la subvención para su proyecto, aparecen dos limpiacristales negros que les piden ayuda para ganar un programa de radio. Cuando uno de los negros interpreta al piano su propia versión a ritmo de boogie-boogie de una fuga de Bach que uno de los catedráticos acaba de tocar al clarinete, otro profesor le pregunta: “¿Y hay otras formas de música popular además de ésta?” “Claro. Boogie-boogie, swing, jazz, jam, blues, doobie-dixie, rebop...”, responde el limpiacristales. A partir de ahí, los “expertos” se dan cuenta de lo que ha cambiado la música popular en diez años. Estamos hablando de los años 40 y ya habían surgido una docena de evoluciones y estilos del jazz, ¿cómo explicar hasta dónde puede llegar? El más joven de los catedráticos, el que está escribiendo el tomo de música popular, decide salir a la calle a investigar. La trama se complica con gángsters y una chica (condición sine qua non en Hollywood), pero lo más interesante es la presencia de músicos como Benny Goodman, Tommy Dorsey, Louis Armstrong, Lionel Hampton, Charlie Barnet... en la película.

Aparte del hecho anecdótico que supone la presencia de todos estos músicos “reales” en la pantalla, realmente interesante para cualquier aficionado, la película habla de esa constante evolución que lleva aparejado el jazz dentro de sus propios cánones y, como dije más arriba, la suelo recomendar a todo aquél que me dice que no entiende lo “moderno” del jazz.

Benny Goodman, Tommy Dorsey, Charlie Barnet, Louis Armstrong y Lionel Hampton
e
n la película

Puede que Danny Kaye no sea tan profundo como el Gary Cooper de la primera versión, pero es más divertido y me encanta cuando hace esas gilipolleces suyas y menea la cabeza compulsivamente al ritmo del saxo de Charlie Barnet o abre los ojos desorbitadamente al entrar en un club y sumergirse en la música que hacen Satchmo y Lionel Hampton a dúo. Qué clubs aquellos, abarratados, llenos de gente con ganas de bailar al ritmo de la música más salvaje que se ha creado, el público encima de los músicos.