PACO RIVAS

Bautizao con manzanilla

Para los profanos, diré que la manzanilla es un vino blanco con denominación de origen regulada que se hace en Andalucía. A los interesados les recomendaría ir a buscarla en Sanlúcar de Barrameda. El "bautizado" del título es Paco Rivas, guitarrista ecléctico, productor y profesor. Desde que apareciera en los 80 en Jazz entre amigos de TVE con su Paco Rivas Quartet, ha tocado todos los estilos y, como suele ocurrir con los músicos de calidad y (seguramente) sin padrino, ha trabajado a la sombra de muchos otros músicos (Tomatito, Jorge Pardo, Niño Josele) y ha participado en formaciones de soul y de funk (Acoustic Soul Trio, Insolito Club).

De todo esto resulta un músico que no encaja en ninguna etiqueta. En su anterior disco, Grooves (Youkali Music, 2005) experimentaba a partir del blues y del funk con sus propias melodías. En su disco más reciente, Bautizao con manzanilla (2010) se atreve a jazzear con lo más hondo del espíritu hispano, con la copla y con Manuel de Falla. Ahí es ná.

Lo hace en formato de trío, con Antonio Miguel al contrabajo, Noah Shaye a la batería y bajo la producción de Thomas Schindowski, reclamando algo que aún no existe en España: standards propios. Si los músicos de jazz norteamericanos son capaces de tomar melodías y canciones de películas, algo que han hecho desde los años 30, hizo Miles Davis con la canción de Cenicienta o hacen casi todos los músicos actuales con los temas de The Beatles, ¿por qué no iban a buscar sus propias oportunidades los músicos españoles? 

Es cierto que carecemos de musicales autóctonos (salvo las zarzuelas) y que no tenemos canciones capaces de sobrevivir al paso de las décadas y convertirse en standards. ¿O sí las tenemos? La copla, un género musical propio y por el cual parecen no pasar los años, podría considerarse el único género capaz de crear standards. Hay canciones de copla que se siguen cantando después de cincuenta años ("A tu vera", "Tengo miedo", "Ojos verdes"). Paco Rivas se atreve a improvisar con este material.

Y con dos pelotas. Se atreve además a coger por los cuernos incluso temas de música clásica (o culta o sinfónica o como quieran ustedes llamarla) sin pararse a pensar en qué dirán los académicos o los puristas e improvisa sobre estas bases, etiquetando temas folkloristas, de copla, cultos, como temas de jazz susceptibles de improvisación y de ser versionados. Para ello, ahonda en las composiciones de Falla, de Albéniz y de  Granados con ese espíritu del jazz que proclama que no todo está escrito, que una obra de arte funciona siempre hacia adelante, o hacia adentro, o hacia afuera; en movimiento, en resumidas cuentas, como una obra viva. Como Miles Davis, reinterpreta el "Concierto de Aranjuez", pero también "La canción del fuego fatuo" de Falla y "Asturias" de Albéniz.

Esta es, más o menos bien entendida, la nueva visión que la guitarra de Paco Rivas aporta a unos clásicos que llevan toda la vida ahí, como si hubieran estado esperando que alguien, por alguna puerta lateral, los introdujera en el mundo del jazz. El resultado es brillante, seductor y con la suficiente profundidad para soportar muchas escuchas sin desvelar nunca del todo su verdadero fondo.

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* Más música en www.pacorivas.com o en Myspace: www.myspace.com/pacorivas